jueves, 21 de abril de 2016

Jesús Raymundo: “Amo el periodismo”




 El autor del libro La redacción no se improvisa acaba de publicar la segunda edición y en breve presenta el libro electrónico





En tiempo récord, aproximadamente tres meses, se agotó el libro La redacción no se improvisa, del periodista y docente universitario Jesús Raymundo. Ahora, el acucioso comunicador se prepara para comercializar y distribuir la segunda edición y en breve presentará el libro electrónico, que se comercializará en diversas tiendas virtuales.   

El exitoso manual consta de cuatro capítulos. El primero comparte las novedades de la ortografía, como los usos de mayúsculas y minúsculas, prefijos y símbolos. El segundo explica cómo se escriben las expresiones numéricas en diversos casos. El tercero brinda recomendaciones para el correcto uso de los signos de puntuación, y el cuarto comparte técnicas para lograr textos de calidad.

A propósito de la publicación de la segunda edición del valioso libro, Lima en Escena charló con el autor.




-Es La redacción no se improvisa, tu exitoso libro cuya segunda edición ya está en el mercado, el primer libro que escribes sobre este tema.

-Antes de La redacción no se improvisa publiqué un manual de redacción y estilo dirigido a los periodistas. Surgió a partir de un taller dirigido a los redactores y editores de los medios de comunicación. Se distribuyó en Cajamarca, Trujillo y Lima y fue el antecedente del último libro.

-La redacción no se improvisa es un libro cuyo aporte es fundamental para quienes redactamos para medios tanto convencionales como para los nuevos portales digitales, ¿no?

-El libro es una herramienta para quienes trabajan en las áreas de la redacción, la corrección y, en general, para personas de diversas especialidades. Este texto recoge la experiencia de una serie de talleres que dicto desde hace algunos años. Intento responder las dudas surgidas en estas clases.

-A propósito del tema de la redacción, los medios impresos tradicionales como El Comercio, La República, Expreso y Correo sorprenden por la cantidad de errores…

-Las faltas se cometen a diario. Hay errores en todas las ediciones, en todas las secciones y en todos los diarios. Las faltas ortográficas y gramaticales se observan en los medios tradicionales, en los nuevos medios y en las redes sociales, en los medios serios y sensacionalistas, en los deportivos y en lo que difunden temas económicos. Todos cometen errores. 

-¿A que le atribuyes esta falencia?

-El periodista no toma conciencia de la responsabilidad que debe asumir al redactar un texto para publicar la noticia. Muchas veces se olvidan de las normas lingüísticas, es decir, la ortografía y la gramática. Tampoco velan por el buen estilo periodístico. Se preocupan más por la noticia y no consideran que también es importante la forma cómo debe ser redactada. Otro de las causas es la formación de los estudiantes de Periodismo y Comunicaciones. En las salas de redacción se evidencian sus deficiencias que, en gran medida, son la expresión del nivel de formación, que no es buena. ¿Quién certifica la calidad profesional de los egresados?

-¿Cuál es la responsabilidad de los medios, de los editores y de los mandos medios?

-Los editores son los guardianes de la calidad de los textos periodísticos. La presencia de un editor en la organización de un medio de comunicación es importante porque pone en valor todos los activos de un medio. Si los dueños de los diferentes medios conocieran la importancia o el papel de los editores en un medio, estoy seguro que valorarían más el trabajo que cumplen y los mantendrían capacitados y preparados permanentemente. Todos los editores de los medios aprenden el oficio en la práctica y, a veces, guiados por el autoaprendizaje. En el país no existe una escuela que forme a los editores periodísticos; sin embargo, se pueden proponer cursos y talleres.

-Actualmente, ¿existen los correctores? ¿Qué papel cumplen ahora?

-Usualmente, se culpa al corrector de los errores de una nota o un titular… No es el único responsable ni el gran responsable. ¿Por qué? Sencillamente porque el corrector no participa en todo el proceso de la redacción de las noticias y opiniones. El corrector es la última persona que lee y revisa un texto. ¿Qué pasó, entonces, en los anteriores filtros? ¿Cuáles son las responsabilidades del redactor y del editor? Actualmente, la mayoría de medios no cuenta con una plana de correctores. Ellos son como profesionales en extinción. Su aporte sí sumaría a la calidad de los contenidos.

-¿Cómo se pueden salvar todas estas deficiencias?

-Con una buena organización. Los redactores, los editores y los correctores deben tener una comunicación fluida para compartir experiencias y reflexionar sobre el trabajo cotidiano. Se debe vivir el trabajo en equipo. Además, todos los medios de prensa deben contar con un manual de estilo a su medida y necesidades. Es necesario que quienes son el corazón de la sala de redacción participen en la redacción y propongan las actualizaciones. Un manual de estilo nunca está culminado.

-¿Cuáles son los errores de redacción más frecuentes?

-El mal uso de las mayúsculas y minúsculas y los prefijos, el abuso de las comillas dobles y los conectores, el escaso dominio del gerundio, la obsesión por los incisos, el escaso filtro para identificar la redundancia y la repetición, la tradición por usar la palabra mil en expresiones numéricas, la redacción de oraciones extensas y, en general, la resistencia a incorporar los cambios de la ortografía.





- Antes los programas tanto de la televisión como de la radio trabajaban con un guion que daba las pautas para expresar bien una información, ¿qué sucedió con los guiones?


-El guion es una herramienta en extinción, prácticamente ha desaparecido. Cuando visito los diferentes canales locales o las estaciones de radio observo que los conductores no hacen uso del guion. Actualmente, los periodistas y comunicadores de los distintos programas apelan a la improvisación, a la informalidad o a lo que ellos entienden como creatividad. Ocurre lo mismo con los productores. Pocos son los que investigan, leen, profundizan y proponen nuevas miradas de una realidad. Es como escuchar una misma canción en todos los programas, sin originalidad.

-¿De qué manera ayudaría a esta “aventurera” forma de hacer televisión y radio un libro como La redacción no se improvisa?

-La lectura es básica. Primero, leer. Segundo, identificar las normas lingüísticas. Leer no solo nos permite conocer realidades, sino alimenta nuestra creatividad. Conocer la teoría nos ayuda a comunicar con seguridad, lejos de los verbos mal conjugados, los adjetivos que no corresponden, los tecnicismos y extranjerismos innecesarios, las frases hechas que no aportan, los barbarismos que aún escuchamos y los mensajes sinsentidos.

-Hablemos sobre las formas cómo se escribe en redes sociales. Una cosa es escribir en Facebook y otra, muy diferente, es escribir en Twitter, ¿no?

-Quienes usamos las redes sociales automáticamente empleamos la misma estructura de redacción que se aplican en la mensajería instantánea de WhatsApp, SMS o Messenger. En este espacio de comunicación entre dos personas sí está permitido romper con la gramática y la ortografía, por un tema de velocidad. Por eso usamos abreviaturas, siglas y emoticones. En este canal funciona. Cuando se usan las redes sociales, las personas piensan erróneamente que tenemos la licencia de escribir o comunicar como se hace en la mensajería instantánea. No es así. Muchos políticos, líderes de opinión, artistas e, incluso, periodistas escriben como lo hacen en la mensajería instantánea. En las redes sociales se debe respetar las reglas ortográficas y gramaticales. Por ejemplo, debemos usar las tildes en los hashtags.

-¿Cómo observas el manejo de los tuits?

-En Twitter, los periodistas cogen los tuits de determinados personajes y lo ubican como fuente, sin tomar en cuenta los errores de redacción. Este pésimo ejercicio lo justifican con la frase: “Lo tomé textualmente”. Estos tuits aparecen en los medios tal como lo han escrito sus autores, es decir, con errores. ¿Cómo afecta esta costumbre? Afecta la reputación, la credibilidad y la marca personal. En el peor de los casos, ¿qué pasa si esta persona está asociada a una empresa, a un medio, a una corporación, a una institución pública? El tema se complica más. Lo que no debemos olvidar es que son miles las personas que siguen a una figura pública. Por tanto, debe ser responsable de lo que escribe y cómo lo hace.    

-¿Cómo es el desenvolvimiento de estos personajes en Facebook?

-Sucede lo mismo. Algunos personajes, como políticos, periodistas, deportistas y artistas de diversos géneros, crean la fan page en Facebook para comunicarse con sus seguidores. Un ejemplo que grafica esta realidad es la reciente campaña política por las elecciones generales 2016. Se ha podido observar desde textos mal escritos hasta enfrentamientos personales. Después, estos personajes públicos culpan al community manager por el exceso cometido. A propósito, el community manager, además de ser experto en las estrategias de marketing político y digital, tiene que dominar la buena redacción. Los mensajes de un candidato, un líder de opinión o un periodista no deben publicarse con errores. Esta recomendación es para todas las publicaciones digitales, como blogs personales y páginas webs de empresas e instituciones.

-A propósito de publicaciones digitales, ¿cuáles son los errores más frecuentes en este tipo de publicaciones?

-En general, son los mismos que se cometen en los medios tradicionales. Rosa María Palacios es una de las periodistas que más errores ortográficos comete. No hablo del estilo, sino de la forma cómo escribe. Alguna vez usé un ejemplo suyo y mi comentario no le agradó. Mis comentarios sobre los errores que encuentro en los medios, en los nuevos medios y las redes sociales los hago para ilustrar y sin ánimo de ofender a nadie. Ahora, es cierto, nadie es infalible.

-Más allá de las malas interpretaciones y los enfrentamientos, ¿qué sugieres ante este tipo de errores ortográficos?

-Uno debe considerar que su blog es un medio escrito por un profesional. Entonces, no hay justificación para cometer faltas. Las claves son escribir, leer, editar y corregir. Hay plataformas digitales gratuitas que resuelven las dudas. Y si se cuenta con  presupuesto, se debe contratar los servicios de un corrector.

-¿Qué opinas sobre toda esta proliferación de blogs, algunos de los cuales manejados por periodistas, otros por seudoperiodistas que no tienen idea de qué es un titular, una volada o una bajada?

-Hay un descuido total en la redacción de los textos. Pareciera que no les interesa la escritura de calidad, sino simplemente el número de likes y el número de textos compartidos. Justifican sus faltas por la inmediatez. Hay una gran responsabilidad de los dueños de estos medios: la cantidad no necesariamente significa ni garantiza calidad. Un equilibrio entre ambos es la fórmula perfecta.

-¿Mejorarán las formas de escribir, de redactar, en los medios tradicionales, en los nuevos medios o todo quedará en la negligencia?

-Este tema es como hablar de la crisis de valores en la sociedad. Frente a esta crisis siempre encontrarás espacios para recuperar lo que se ha perdido o se viene perdiendo. El cambio debe partir de los profesionales que nos dedicamos a redactar. Los periodistas debemos ser los que mejor escribimos. Siempre invito a mis colegas a participar en mis talleres. Pocos van. A ellos siempre les pido que compartan lo que aprendieron. Creo que es una forma de revertir esta situación.




-¿Existen personas interesadas en escribir bien?

-Frente a toda esta crisis, sí hay personas de todas las edades y de diversas especialidades que tienen un interés por aprender a escribir bien. El asunto es motivar a mayor número de profesionales de las más diversas especialidades. Todos podemos y debemos comprometernos con la buena escritura. En mis talleres siempre sugiero a los participantes que escriban, que cuenten sus historias. Incluso, les cuento mi historia y se sienten motivados.

-Cuéntame tu historia…

-Mi historia es particular. Mis padres son de una comunidad campesina pobre de Huancavelica. Hasta hoy es pobre. Allá viven con un sol diario. Ellos nunca recibieron educación. Nunca llegó un profesor a la comunidad. Nunca les enseñaron a leer ni a escribir. Ellos vinieron a Lima. Yo aprendí a hablar quechua y español. Mi abuela me enseñó a hablar quechua. En  una ocasión, mi madre me vio charlar en quechua con mi abuela y se molestó. Le prohibió a  mi abuela que me enseñara el quechua. En aquel momento era considerado el idioma de los pobres. Cuando ingresé a la universidad le comenté a mi madre que estudiaba quechua y que era el alumno más destacado. Mi madre se sorprendió y le puso fin a sus prejuicios. Estudié Comunicación Social en San Marcos y después Educación en San Ignacio de Loyola. Mi abuela, aunque ya no me acompaña, sigue siendo mi inspiración. No soy lingüista, pero comparto de manera sencilla los temas de redacción, de escritura y de lectura. Mi meta es enseñar a un millón de peruanos.

-La redacción no se improvisa es un manual ágil, de una pulcra presentación y ya se distribuye la segunda edición…
 
-Este libro es significativo para mí. Lo lancé con Artífice Comunicadores, la empresa que formé hace 14 años. Antes de publicarlo me dijeron de todo. Que el tema no vende. Que la cultura no vende, menos la escritura y la lectura. Que sin padrino fracasará el libro. Contra todo estos pronósticos, la primera edición del libro de agotó en tres meses y ya estamos distribuyendo los ejemplares de la segunda edición. En dos semanas presento el libro electrónico y seguimos adelante.  

-Te dedicas a tu empresa de comunicaciones, dictas talleres de redacción, escribes libros… ¿abandonaste el periodismo?

-¡No! Soy periodista por vocación. Vivo como periodista. Pienso como periodista. Amo el periodismo. Es una carrera que me apasiona, me hace sentir útil a la sociedad, me renueva cada día. Soy un periodista feliz, pero la carrera vive su etapa más difícil.

-¿Por qué?


-Porque como consecuencia de las malas prácticas se ha desprestigiado. La escritura debe tener una rigurosidad. Yo sigo escribiendo, editando y corrigiendo todos los días. Publico en el blog Artífice Crea, dirijo la web IdentidadesPeruanas, soy columnista del suplemento Cash de La Industria y colaboro en el diario El Comercio. También me dedico a la docencia, otra profesión que me apasiona. Dirijo el grupo de Facebook Tallerde Redacción y Estilo. A diario comparto casos e información y resuelvo dudas de redacción de los cerca de 20 000 miembros.