El autor del libro La redacción no se improvisa acaba de publicar la segunda edición y en breve
presenta el libro electrónico
En tiempo récord, aproximadamente tres meses, se agotó el
libro La redacción no se improvisa,
del periodista y docente universitario Jesús Raymundo. Ahora, el acucioso
comunicador se prepara para comercializar y distribuir la segunda edición y en
breve presentará el libro electrónico, que se comercializará en diversas
tiendas virtuales.
El exitoso manual consta de cuatro capítulos. El primero
comparte las novedades de la ortografía, como los usos de mayúsculas y
minúsculas, prefijos y símbolos. El segundo explica cómo se escriben las
expresiones numéricas en diversos casos. El tercero brinda recomendaciones para
el correcto uso de los signos de puntuación, y el cuarto comparte técnicas para
lograr textos de calidad.
A propósito de la publicación de la segunda edición del
valioso libro, Lima en Escena charló
con el autor.
-Es La redacción no se improvisa, tu exitoso libro cuya segunda edición ya está en el mercado, el
primer libro que escribes sobre este tema.
-Antes de La
redacción no se improvisa publiqué un manual de redacción y estilo dirigido
a los periodistas. Surgió a partir de un taller dirigido a los redactores y
editores de los medios de comunicación. Se distribuyó en Cajamarca, Trujillo y
Lima y fue el antecedente del último libro.
-La redacción no se improvisa es un libro cuyo aporte es fundamental para quienes redactamos para
medios tanto convencionales como para los nuevos portales digitales, ¿no?
-El libro es una herramienta para quienes trabajan en las
áreas de la redacción, la corrección y, en general, para personas de diversas
especialidades. Este texto recoge la experiencia de una serie de talleres que
dicto desde hace algunos años. Intento responder las dudas surgidas en estas
clases.
-A propósito del
tema de la redacción, los medios impresos tradicionales como El Comercio, La
República, Expreso y Correo sorprenden por la cantidad de errores…
-Las faltas se cometen a diario. Hay errores en todas las
ediciones, en todas las secciones y en todos los diarios. Las faltas ortográficas
y gramaticales se observan en los medios tradicionales, en los nuevos medios y
en las redes sociales, en los medios serios y sensacionalistas, en los
deportivos y en lo que difunden temas económicos. Todos cometen errores.
-¿A que le atribuyes
esta falencia?
-El periodista no toma conciencia de la responsabilidad
que debe asumir al redactar un texto para publicar la noticia. Muchas veces se
olvidan de las normas lingüísticas, es decir, la ortografía y la gramática. Tampoco
velan por el buen estilo periodístico. Se preocupan más por la noticia y no consideran
que también es importante la forma cómo debe ser redactada. Otro de las causas
es la formación de los estudiantes de Periodismo y Comunicaciones. En las salas
de redacción se evidencian sus deficiencias que, en gran medida, son la
expresión del nivel de formación, que no es buena. ¿Quién certifica la calidad profesional
de los egresados?
-¿Cuál es la
responsabilidad de los medios, de los editores y de los mandos medios?
-Los editores son los guardianes de la calidad de los textos
periodísticos. La presencia de un editor en la organización de un medio de
comunicación es importante porque pone en valor todos los activos de un medio.
Si los dueños de los diferentes medios conocieran la importancia o el papel de
los editores en un medio, estoy seguro que valorarían más el trabajo que
cumplen y los mantendrían capacitados y preparados permanentemente. Todos los
editores de los medios aprenden el oficio en la práctica y, a veces, guiados
por el autoaprendizaje. En el país no existe una escuela que forme a los editores
periodísticos; sin embargo, se pueden proponer cursos y talleres.
-Actualmente, ¿existen
los correctores? ¿Qué papel cumplen ahora?
-Usualmente, se culpa al corrector de los errores de una
nota o un titular… No es el único responsable ni el gran responsable. ¿Por qué?
Sencillamente porque el corrector no participa en todo el proceso de la
redacción de las noticias y opiniones. El corrector es la última persona que
lee y revisa un texto. ¿Qué pasó, entonces, en los anteriores filtros? ¿Cuáles
son las responsabilidades del redactor y del editor? Actualmente, la mayoría de
medios no cuenta con una plana de correctores. Ellos son como profesionales en
extinción. Su aporte sí sumaría a la calidad de los contenidos.
-¿Cómo se pueden
salvar todas estas deficiencias?
-Con una buena organización. Los redactores, los editores
y los correctores deben tener una comunicación fluida para compartir
experiencias y reflexionar sobre el trabajo cotidiano. Se debe vivir el trabajo
en equipo. Además, todos los medios de prensa deben contar con un manual de
estilo a su medida y necesidades. Es necesario que quienes son el corazón de la
sala de redacción participen en la redacción y propongan las actualizaciones.
Un manual de estilo nunca está culminado.
-¿Cuáles son los
errores de redacción más frecuentes?
-El mal uso de las mayúsculas y minúsculas y los prefijos,
el abuso de las comillas dobles y los conectores, el escaso dominio del
gerundio, la obsesión por los incisos, el escaso filtro para identificar la
redundancia y la repetición, la tradición por usar la palabra mil en
expresiones numéricas, la redacción de oraciones extensas y, en general, la
resistencia a incorporar los cambios de la ortografía.
- Antes los
programas tanto de la televisión como de la radio trabajaban con un guion que
daba las pautas para expresar bien una información, ¿qué sucedió con los
guiones?
-El guion es una herramienta en extinción, prácticamente ha
desaparecido. Cuando visito los diferentes canales locales o las estaciones de
radio observo que los conductores no hacen uso del guion. Actualmente, los periodistas
y comunicadores de los distintos programas apelan a la improvisación, a la
informalidad o a lo que ellos entienden como creatividad. Ocurre lo mismo con
los productores. Pocos son los que investigan, leen, profundizan y proponen
nuevas miradas de una realidad. Es como escuchar una misma canción en todos los
programas, sin originalidad.
-¿De qué manera
ayudaría a esta “aventurera” forma de hacer televisión y radio un libro como La redacción no se improvisa?
-La lectura es básica. Primero, leer. Segundo,
identificar las normas lingüísticas. Leer no solo nos permite conocer
realidades, sino alimenta nuestra creatividad. Conocer la teoría nos ayuda a
comunicar con seguridad, lejos de los verbos mal conjugados, los adjetivos que
no corresponden, los tecnicismos y extranjerismos innecesarios, las frases
hechas que no aportan, los barbarismos que aún escuchamos y los mensajes
sinsentidos.
-Hablemos sobre las
formas cómo se escribe en redes sociales. Una cosa es escribir en Facebook y
otra, muy diferente, es escribir en Twitter, ¿no?
-Quienes usamos las redes sociales automáticamente empleamos
la misma estructura de redacción que se aplican en la mensajería instantánea de
WhatsApp, SMS o Messenger. En este espacio de comunicación entre dos personas sí
está permitido romper con la gramática y la ortografía, por un tema de
velocidad. Por eso usamos abreviaturas, siglas y emoticones. En este canal
funciona. Cuando se usan las redes sociales, las personas piensan erróneamente
que tenemos la licencia de escribir o comunicar como se hace en la mensajería
instantánea. No es así. Muchos políticos, líderes de opinión, artistas e,
incluso, periodistas escriben como lo hacen en la mensajería instantánea. En
las redes sociales se debe respetar las reglas ortográficas y gramaticales. Por
ejemplo, debemos usar las tildes en los hashtags.
-¿Cómo observas el
manejo de los tuits?
-En Twitter, los periodistas cogen los tuits de determinados personajes y lo ubican
como fuente, sin tomar en cuenta los errores de redacción. Este pésimo ejercicio
lo justifican con la frase: “Lo tomé textualmente”. Estos tuits aparecen en los medios tal como lo han escrito sus autores,
es decir, con errores. ¿Cómo afecta esta costumbre? Afecta la reputación, la
credibilidad y la marca personal. En el peor de los casos, ¿qué pasa si esta persona
está asociada a una empresa, a un medio, a una corporación, a una institución
pública? El tema se complica más. Lo que no debemos olvidar es que son miles las
personas que siguen a una figura pública. Por tanto, debe ser responsable de lo
que escribe y cómo lo hace.
-¿Cómo es el
desenvolvimiento de estos personajes en Facebook?
-Sucede lo mismo. Algunos personajes, como políticos,
periodistas, deportistas y artistas de diversos géneros, crean la fan page en Facebook para comunicarse
con sus seguidores. Un ejemplo que grafica esta realidad es la reciente campaña
política por las elecciones generales 2016. Se ha podido observar desde textos
mal escritos hasta enfrentamientos personales. Después, estos personajes
públicos culpan al community manager
por el exceso cometido. A propósito, el community
manager, además de ser experto en las estrategias de marketing político y
digital, tiene que dominar la buena redacción. Los mensajes de un candidato, un
líder de opinión o un periodista no deben publicarse con errores. Esta recomendación
es para todas las publicaciones digitales, como blogs personales y páginas webs
de empresas e instituciones.
-A propósito de
publicaciones digitales, ¿cuáles son los errores más frecuentes en este tipo de
publicaciones?
-En general, son los mismos que se cometen en los medios
tradicionales. Rosa María Palacios es una de las periodistas que más errores
ortográficos comete. No hablo del estilo, sino de la forma cómo escribe. Alguna
vez usé un ejemplo suyo y mi comentario no le agradó. Mis comentarios sobre los
errores que encuentro en los medios, en los nuevos medios y las redes sociales los
hago para ilustrar y sin ánimo de ofender a nadie. Ahora, es cierto, nadie es
infalible.
-Más allá de las
malas interpretaciones y los enfrentamientos, ¿qué sugieres ante este tipo de
errores ortográficos?
-Uno debe considerar que su blog es un medio escrito por
un profesional. Entonces, no hay justificación para cometer faltas. Las claves
son escribir, leer, editar y corregir. Hay plataformas digitales gratuitas que
resuelven las dudas. Y si se cuenta con
presupuesto, se debe contratar los servicios de un corrector.
-¿Qué opinas sobre
toda esta proliferación de blogs, algunos de los cuales manejados por
periodistas, otros por seudoperiodistas que no tienen idea de qué es un
titular, una volada o una bajada?
-Hay un descuido total en la redacción de los textos. Pareciera
que no les interesa la escritura de calidad, sino simplemente el número de likes y el número de textos compartidos.
Justifican sus faltas por la inmediatez. Hay una gran responsabilidad de los
dueños de estos medios: la cantidad no necesariamente significa ni garantiza
calidad. Un equilibrio entre ambos es la fórmula perfecta.
-¿Mejorarán las
formas de escribir, de redactar, en los medios tradicionales, en los nuevos
medios o todo quedará en la negligencia?
-Este tema es como hablar de la crisis de valores en la
sociedad. Frente a esta crisis siempre encontrarás espacios para recuperar lo que
se ha perdido o se viene perdiendo. El cambio debe partir de los profesionales
que nos dedicamos a redactar. Los periodistas debemos ser los que mejor
escribimos. Siempre invito a mis colegas a participar en mis talleres. Pocos
van. A ellos siempre les pido que compartan lo que aprendieron. Creo que es una
forma de revertir esta situación.
-¿Existen personas
interesadas en escribir bien?
-Frente a toda esta crisis, sí hay personas de todas las
edades y de diversas especialidades que tienen un interés por aprender a
escribir bien. El asunto es motivar a mayor número de profesionales de las más
diversas especialidades. Todos podemos y debemos comprometernos con la buena
escritura. En mis talleres siempre sugiero a los participantes que escriban,
que cuenten sus historias. Incluso, les cuento mi historia y se sienten
motivados.
-Cuéntame tu
historia…
-Mi historia es particular. Mis padres son de una
comunidad campesina pobre de Huancavelica. Hasta hoy es pobre. Allá viven con
un sol diario. Ellos nunca recibieron educación. Nunca llegó un profesor a la
comunidad. Nunca les enseñaron a leer ni a escribir. Ellos vinieron a Lima. Yo
aprendí a hablar quechua y español. Mi abuela me enseñó a hablar quechua.
En una ocasión, mi madre me vio charlar
en quechua con mi abuela y se molestó. Le prohibió a mi abuela que me enseñara el quechua. En aquel
momento era considerado el idioma de los pobres. Cuando ingresé a la
universidad le comenté a mi madre que estudiaba quechua y que era el alumno más
destacado. Mi madre se sorprendió y le puso fin a sus prejuicios. Estudié Comunicación
Social en San Marcos y después Educación en San Ignacio de Loyola. Mi abuela,
aunque ya no me acompaña, sigue siendo mi inspiración. No soy lingüista, pero
comparto de manera sencilla los temas de redacción, de escritura y de lectura. Mi
meta es enseñar a un millón de peruanos.
-La redacción no se improvisa es un manual ágil, de una pulcra presentación y ya se distribuye la
segunda edición…
-Este libro es significativo para mí. Lo lancé con
Artífice Comunicadores, la empresa que formé hace 14 años. Antes de publicarlo
me dijeron de todo. Que el tema no vende. Que la cultura no vende, menos la
escritura y la lectura. Que sin padrino fracasará el libro. Contra todo estos
pronósticos, la primera edición del libro de agotó en tres meses y ya estamos
distribuyendo los ejemplares de la segunda edición. En dos semanas presento el
libro electrónico y seguimos adelante.
-Te dedicas a tu empresa
de comunicaciones, dictas talleres de redacción, escribes libros… ¿abandonaste
el periodismo?
-¡No! Soy periodista por vocación. Vivo como periodista.
Pienso como periodista. Amo el periodismo. Es una carrera que me apasiona, me
hace sentir útil a la sociedad, me renueva cada día. Soy un periodista feliz,
pero la carrera vive su etapa más difícil.
-¿Por qué?
-Porque como consecuencia de las malas prácticas se ha
desprestigiado. La escritura debe tener una rigurosidad. Yo sigo escribiendo,
editando y corrigiendo todos los días. Publico en el blog Artífice Crea, dirijo la web IdentidadesPeruanas, soy columnista del suplemento Cash
de La Industria y colaboro en el
diario El Comercio. También me dedico
a la docencia, otra profesión que me apasiona. Dirijo el grupo de Facebook Tallerde Redacción y Estilo. A diario comparto casos e información y resuelvo dudas
de redacción de los cerca de 20 000 miembros.